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7. Decisiones Conjuntas Respetando la Individualidad En decisiones importantes, como mudarse o cambiar de empleo, el amor verdadero busca el consenso y respeta la opinión del otro.
Cuando esto ocurra, no debemos dudarlo: hay que hacer lo posible para que perdure, para que no se escape y ser así bailarines eternos en la pista de las relaciones felices.
1. Apoyo Incondicional en Tiempos Difíciles En una relación donde prevalece el amor verdadero, ambos se convierten en un refugio seguro el uno para el otro. Por ejemplo, si uno de ellos enfrenta un reto en el trabajo, el otro no solo ofrece un oído atento, sino también palabras de aliento y una perspectiva positiva.
Pasión: es el primer paso y se trata de la atracción fileísica y sexual por otra persona. Aumenta la secreción de las feromonas y se make lo que popularmente se llama la electricidad o la química del amor o la magia del amor. Se caracteriza también por la obsesión por la reciprocidad de los sentimientos.
Quizá se podría sintetizar lo dicho estableciendo que los que han aprendido a amar no dependen de la persona amada, pero tampoco permiten que ella dependa de ellos, porque saben que de cualquiera de los dos lados de la cadena, el esclavo y el amo son víctimas de la esclavitud y la rechazan de plano.
3. Respeto Mutuo en las Diferencias El amor verdadero respeta y celebra las diferencias. Por ejemplo, si a uno le encanta la música clásica y al otro el rock, en lugar de intentar cambiar los gustos del otro, buscan maneras de compartir y apreciar sus diferencias. Este respeto por las individualidades de cada uno fortalece la relación.
Llenó con ellos unas bolsas de arpillera y se fue al mercado. El árbol se sorprendió de que su amigo no le dijera ni gracias, pero dedujo que tendría urgencia por llegar antes de que cerraran los compradores. Pasaron diez años hasta que el árbol vio pasar otra vez a su amigo. Era ya un adulto.
Para amar sin dependencia ni necesidad, hace falta valorarnos a nosotros mismos primero. Por tanto, no olvidemos lo siguiente, para decir “te quiero” primero debes saber decir “me quiero”. El amor propio y el conocimiento de uno mismo son las claves para generar relaciones saludables.
Se ajuste o no esta definición a la que anida en ti y determina tu here forma de relacionarte, lo cierto es que conseguir no depender de los demás es, sin lugar a dudas, uno de los grandes desafíos de los que luchamos diariamente por una vida plena, es decir, de los que pretendemos ser felices; de los que sabemos que no declararse pendiente de la mirada del otro, de su aprobación o de su aplauso, tiene costos, y que estamos dispuestos a pagarlos, aunque no son para nada baratos.
Por ello no deberíamos pensar en el amor como un sentimiento si no como una acción consciente. El enamoramiento y el verdadero amor son estados muy diferentes, y es el segundo el que puede proporcionarnos la felicidad a largo plazo.
Relacionarse desde la necesidad y la carencia conduce a relaciones tóxicas en las que cargamos al otro con la responsabilidad de hacernos felices. De este modo perdemos todo nuestro poder private y el Manage sobre nuestros estados de ánimo.
Según Girona, el amor verdadero no es simplemente un punto de partida en una relación, sino más bien un punto de llegada. A diferencia de la creencia común de que el amor es algo que se encuentra al inicio de una relación, él sostiene que el amor verdadero es una construcción que requiere el esfuerzo conjunto de ambos miembros de la pareja. No es una tarea fácil, pero Girona afirma rotundamente que el amor verdadero existe.
La atemporalidad significa que en una relación de pareja estable y feliz, no importa el pasado ni inquieta el futuro. Las personas capaces de construir un amor verdadero no se sienten cautivas de sus errores del pasado, ni aún menos de sus relaciones del ayer. Se limitan a apreciar el presente con intensidad, sabiduría y valentía.
La dependencia y el amor están tan reñidos que si les obligamos a coexistir, se destruyen. Nadie en la vida tiene la responsabilidad de completar lo que nos falta.